Siento todos estos días de ausencia, "j'ai le cafard" (tengo la cucaracha) como se diría en francés, tengo vagancia. Me falta motivación para lograr despertarme pronto por las mañanas y eso que no es que me falten cosas para hacer como hace meses... Si tenéis algún consejito para la motivación mañanera os lo agradeceré.
Y hablando de cucarachas, que fue ese mi apodo durante el maravillo interrail que hice con mis amigas mandril-eñas o pumas, cual especie prefiráis hahaha, porque la primera noche en la fastuosa pensión del barrio chino parisino en el que dormimos mal a causa de la paranoia de la trata de blancas y no sé qué, me desperté al día siguiente metida en mi saco de dormir (sí, dormíamos dentro de los sacos, vaya usted a saber qué gente ha -iba a poner "seyurnado", pero eso es un gabachismo- dormido ahí), pero del revés, véase que el saco era verde o azul, no recuerdo, y por dentro negro, y acabé con lo negro por fuera (con too lo negro haha). Y desde entonces Caterina me llama cucarachita, sumado a que este verano les llevé la moda de la ballena varada, que la posición es como la de una cucaracha que se ha retornado y no consigue volverse a poner del lado bueno.
He aquí la viva prueba de ello. |
Bueno en fin, que el título no va de esta historieta, si no de que me estoy preparando para el examen de EGA (examen de alto nivel de euskera para el que no conozca), y aunque es casi seguro de que no lo apruebe porque es complicado, he decidido presentarme, ver cómo es y para la próxima vez ya lo se.
De todos modos sigo en la busca y captura del trabajo de mis sueños, la esperanza es lo último que se debe perder, pero las cosas cada vez van mejor. Espero que para vosotros también.
Un beso.