viernes, 11 de enero de 2013

Aburriendo al personal.

Llevo semana y media de un insoportable que no hay quién me aguante. Es el pariente, sobre todo, el que se lleva mi mala ostia, mis cambios de humos y moral como buena cancer que soy.

La semana que viene tengo exámenes, pero no creo que de pena a nadie, pues a mayoría estáis parecido.
La verdad que aunque a lo largo de mi vida haya hecho cientos de exámenes en diferentes lenguas, estos, por su específica dificultad me rayan más de lo normal.
Dudo mucho de que me los vay a sacar, aún así, me tengo que quedar con todo lo aprendido. Y sobre todo lo perder el norte, cosa que hago constantemente, porque mi objetivo primordial al hacer este diploma universitario es de mejorar mi francés, porque he decidido reconvertirme y cambiar de oficio. Ya que de periolista no tengo nada qué hacer.

Trás dos años de estar bastante perdida a nivel laboral, sin tener muy claro (por no decir ni puta idea) de lo que hacer con mi vida, he pasado al nivel de tenerlo bien claro y además de ello, estar encantada con la idea:  me voy a hacer profesora de francés.

Siempre me han gustado mucho los idiomas y como con éste me puse a vivir en 2009 y ví que nos llevábamos bien. Ahora que llevo 3 años (más este 2013) con él, creo que dedicarme a ello me encantaría, porque me parece una lengua preciosa y rica.

Esta chapa, para decir que estos putos exámenes que tengo me perturban y que no tengo que perder la moral, porque mi objetivo cuando me apunté era de mejorar el idioma y a parte de eso, estoy aprendiendo un montón.


Andar sin saber qué hacer con la vida, es en general, lo más normal del mundo. Pero las circunstancias y el pasar del tiempo acaban diciéndote qué es lo mejor y cuál es el camino por el que se puede uno meter para sacarse las castañas del fuego y dedicarse a lo que uno le gusta; punto que puede cambiar a lo largo de la vida porque ahora me gusta estó, ¿pero quién me asegura que de aquí a diez años me seguirá gustando? ¿Quién? Pues la puta vida, como siempre.

domingo, 6 de enero de 2013

Velo, bici, piripita!


La bicicleta: un medio de transporte diario

Dejar aparcados los vehículos motorizados y pasarnos a las bicicletas parece un hecho difícil pero que cada vez adquiere mayor forma.
En Europa la cultura de las dos ruedas está desde hace años bien asentada, tanto en las ciudades, por los numerosos carriles bici, como en las cabezas de sus ciudadanos, que se desplazan cotidianamente en sus ciclos. Además de esto, los ayuntamientos ofrecen numerosas posibilidades de alquilar bicicletas públicas y las tiendas especializadas que ofrecen bicis de primera y segunda mano que se encuentran por cualquier calle.
Ejemplos de ello son la ciudad de Ámsterdam que posee más bicicletas que personas, o la ciudad del norte de Francia, Estrasburgo, la villa gala con mayor número de kilómetros “ciclables” del país vecino. También sin desplazarnos tan al norte, la región francesa de Aquitania, posee un carril bici de más de quinientos kilómetros que navega al lado de la costa, pasa por las diferentes urbes del País Vasco francés, sube por las preciosas Landas y llega hasta la llamada “petit Paris”, la ciudad de Burdeos, Patrimonio de la Humanidad declarada por la UNESCO.
Ya nombrada, esa misma ciudad ha puesto en marcha desde febrero de 2010, un sistema de alquiler de bicicletas a un precio módico de un euro la jornada (si posees la tarjeta de tranvía, el alquiler puede ser mensual o anual con importantes descuentos).
La VCUB, nombre de la empresa francesa que ofrece más de 1.545 ciclos repartidos en 139 estaciones a lo largo y ancho de la ciudad bordelesa, todas ellas están comunicadas con las estaciones de tranvía, paradas de autobuses y puntos estratégicos o muy transitados, para conseguir que las conexiones en los desplazamientos sean excelentes y los ciudadanos dejen aparcado el automóvil o sólo lo utilicen para trayectos largos.

No hay porqué considerar el ciclismo como un deporte duro que sólo lo pueden practicar los deportistas más ejercitados, está al alcance de todos. Es más, el simple hecho de ir a hacer los recados en bicicleta, llevar al niño al colegio o ir al trabajo, es una doble actividad: haces deporte contribuyendo a una buena salud y ayudas al medio ambiente.
Bien es cierto que si la ciudad no está mínimamente homologada para aquellos que deseen hacer de la bicicleta su medio de transporte diario, las cosas se complican. Si queremos utilizar la calzada existe el riesgo de tener un accidente y optamos por utilizar las aceras, al ser el peatón el que posee la preferencia de paso, surgen los inconvenientes para una conducción tranquila y continuada del ciclo.
Es reseñable que los carriles bici que hay en ciertas ciudades son paseos alternativos, muchas veces conducen hacia los alrededores y no a puntos concretos y útiles de las urbes. No hay un objetivo concreto más que el placer de hacer bicicleta. La posibilidad del uso útil de la bici a lo largo de la ciudad no resulta adecuada por la localización de dichas vías.
Por otro lado, la contaminación ambiental y acústica, el exceso de tráfico o la sobrepoblación, acompañado de las pocas posibilidades de hacer cosas que sean beneficiosas tanto para nosotros como para nuestro entorno se hace difícil en ciertas ocasiones. Dentro de las voces de los ciudadanos organizados, salen a la palestra los ciclistas y los fans de las dos ruedas, que intentan concienciar a la población de que utilizar los ciclos nos beneficia a todos y mejora nuestra calidad de vida.
El ciclista tiene unas características diferentes a las de los vehículos y a las de los peatones. Aunque aproveche tanto las vías peatonales como las calzadas para sus desplazamientos.
Estudios estadounidenses han comprobado que estos puntos compartidos generan importantes accidentes, sobre todo en los utilizados entre viandantes y ciclistas, que son cinco veces más peligrosos que las carreteras.

Si bien el uso de la bicicleta contempla grandes avances en términos de bienestar social y personal, en nuestro país, el uso de ésta constituye un riesgo importante, especialmente en ciudades y carreteras, por la escasez de infraestructura específica. En la actualidad, la mayoría de las ciudades españolas no ofrecen unas buenas instalaciones para andar en bicicleta y son sólo los “más valientes” los que salen a la calle bajo el peligro de ser atropellados por un automovilista descuidado o prepotente, que no tiene la cultura de respetar a los ciclistas.
En Latinoamérica por ejemplo, existen dos países que destacan en materia del uso de la bicicleta, como Bogotá con más de 120 kilómetros de ciclo-vías por las que circulan alrededor de 2,2 millones de personas (para hacernos una idea es la tercera parte de la población de la ciudad colombiana). Río de Janeiro también ofrece 100 kilómetros de vías exclusivas para bicicletas y tiene para un futuro cercano, la creación de otros 150 kilómetros.
Además, en la ciudad brasileña, el estacionamiento de las bicicletas es muy sencillo gracias a los 3.600 locales preparados para ello.

Ventajas de la bicicleta sobre el vehículo
Este modo de transporte tiene múltiples ventajas respecto a otras formas de desplazarse como los vehículos particulares pues no producen emisiones de ningún tipo ayudando a no contaminar el aire de las ciudades. También se sabe que la bicicleta es el medio de transporte con mayor eficiencia energética.
Sacar la bici del trastero y comenzar a usarla es saludable gracias al ejercicio físico que se realiza al pedalear, de una manera fácil y conveniente integramos la actividad física al estilo de vida actual, lleno de estrés, prisas y poco tiempo para el cuidado de uno mismo.
Económicamente también es eficiente, los ciclos en sí y sus costos de mantenimiento son más baratos que los de los automóviles, incluso siendo un poco manitas nosotros mismos podemos arreglar un pinchazo o un freno estropeado comprando el material en una tienda especializada. “Siempre hay que llevar consigo un inflador y varios parches. Son importantes por si pinchas y no ocupan nada”, comenta David Rodríguez ex ciclista semi-profesional. Además, la infraestructura necesaria es barata en comparación con otros modos de transporte, la bicicleta necesita poco espacio, la puedes aparcar en cualquier lugar (recomendando atarla siempre con un buen candado para evitar sustos de robos), tanto es así, que llegar al trabajo o ir a recoger a nuestros pequeños se convierte en un trabajo rápido y eficaz, ahorras en tiempo de buscar un estacionamiento y en pagar el parking. “Al trabajo siempre que no llueve, voy en bicicleta, porque evitarse los atascos no se paga con dinero”, comenta Ruben Lafuente, socorrista de las piscinas de Sarriko. Una bicicleta aparcada ocupa aproximadamente un metro cuadrado, menos del 8% de lo que se requiere para un coche. “Desde que me compré una bicicleta y le puse la sillita para mi hijo, los paseos siempre son más divertidos y rápidos”, comenta Maritxu una nueva adepta de las bicis.
El velocípedo es un medio de transporte rápido en las áreas urbanas, frecuentemente el modo más rápido posible, porque nunca nos encontraremos con un atasco. Y aunque la velocidad de circulación de una bicicleta en áreas urbanas parezca limitada, generalmente es de 15 ó 25 km por hora, resultando ser a menudo, más veloz que la de los vehículos  en vías congestionadas o que posean mucho tránsito peatonal.
Muchas empresas conocen todos los puntos positivos que aportan las bicis y por ello apuestan por la utilización de las mismas. He ahí el éxito de las empresas de mensajería en bicicleta en grandes ciudades como Londres, Colonia, Nueva York y Barcelona demostrando la velocidad competitiva de la esta máquina en las áreas urbanas.

Nacimiento de la bici
Aunque la creación de la primera bicicleta con pedales se atribuye al escocés Macmillan Kirkpatrick, en el año 1839, prototipos de bicicletas ya se habían visto en ancianas civilizaciones egipcias y chinas. Pero será siglos antes, sobre el año 1490 que el boceto de una verdadera bicicleta se verá en la obra de Leonardo da Vinci “Codex Atlanticus”.
El auténtico creador, Macmillan nunca patentó su invento, con lo que 7 años depués, Gavin Dalzell, otro escocés, copió y difundió ampliamente el invento, siendo considerado durante cincuenta años como el inventor de la bicicleta. Hoy el Museo de Ciencias de Londres expone una copia del ciclo que creó Macmillan.
A fin de cuentas la verdadera historia de los ciclos comienza junto con muchos acontecimientos que marcaron un antes y un después en la historia de la humanidad, en París dos años después de la Revolución francesa, en 1790. Será el año en el que el conde de Sivrac inventará el "celerífero", al que también llamaron "caballo de ruedas".
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Posteriormente, en 1813, este celerífero sufrió una metamorfosis gracias al barón Karl Christian Ludwig Drais von Sauerbronn, de Alemania, que creó el vehículo de una sola vía, al que llamó "máquina andante", tatarabuela de la bicicleta y la motocicleta. Drais de Sauerbronn introdujo unos resortes debajo del sillín y después creó el manillar.
Esta "máquina andante", consistía en una especie de carrito de dos ruedas, colocadas una detrás de otra. La persona se mantenía sentada sobre una pequeña montura, colocada en el centro de un marco de madera. Para moverse, empujaba alternativamente con el pie izquierdo y el derecho hacia adelante. Con este impulso, el vehículo adquiría una velocidad casi idéntica a la de un coche. Los brazos descansaban sobre apoyabrazos de hierro, y las manos sostenían una vara de madera, unida a la rueda delantera, que giraba en la dirección hacia la cual quería dirigirse el conductor.
Esta máquina fue denominada "draisiana" en honor a su inventor y evolucionó con gran rapidez.


10 buenas razones para hacer bicicleta cotidianamente
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Preservo mi medio ambiente porque no contamino ni atmosférica ni sonoramente.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Participo a la lucha contra el cambio climático.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Soy libre en mis desplazamientos, paro donde y cuando quiero.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Disfruto de los transportes públicos ya que me permiten subir la bicicleta.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Redescubro mi ciudad cambiando de trayectos
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Pedaleo en familia asociando deporte y diversión
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Hace que esté en forma
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Gano en tiempo y en tranquilidad porque nunca tendré embotellamientos
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Puedo aparcar lo más cerca posible de mi obejtivo.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Ahorro dinero, porque disminuye mi compra de carburante, incluso si mi bici se estropea el arreglo no es caro o puedo hacerlo yo mismo.
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Diferetentes tipos de vías
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Carril bus tradicional: vía para automóviles públicos, como el autobús o taxi. Tiene una máximo de 50km/h. y se desaconseja su uso a los ciclistas.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Calzada tradicional: vía para uso de todos los vehículos motorizados. Desaconsejada a ciclistas.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Calzada verde: carril delimitado en la propia calzada, suele estar coloreada en verde o rojo. Pueden circular tanto bicicletas como motos. Hay una moderación de la velocidad máxima establecida en 30km/h.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Carril bus-bici: es un carril compartido entre vehículos públicos y bicicletas, lo que conlleva estar bien atento.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Carril bici: discurre también sobre la calzada y con su correspondiente delimitacion. La velocidad máxima es de 40km/h.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Ciclovía: está situado en una plataforma especial y consiste en un carriil exclusivamente para bicicletas. No tiene limitación de velocidad.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Acera bici: su uso es exclusivo para ciclistas y va sobre una plataforma como el anterior. La diferencia con la anterior es que la acera bici va incrustada en la propia acera y tendrán una delimitación de 30km/h.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Acera “verde”: es un carril compartido entre peatones y bicis, por tanto los ciclistas deben moderar su velocidad a 20km/h.
<!--[if !supportLists]-->-       <!--[endif]-->Acera tradicional: como su propio nombre indica es para peatones, aunque si las bicicletas lo utilizan será a una velocidad no superior de 10km/h, y la preferencia será siempre del peatón.