La bicicleta:
un medio de transporte diario
Dejar aparcados los vehículos
motorizados y pasarnos a las bicicletas parece un hecho difícil pero que cada
vez adquiere mayor forma.
En Europa la cultura de las dos ruedas está desde hace
años bien asentada, tanto en las ciudades, por los numerosos carriles bici,
como en las cabezas de sus ciudadanos, que se desplazan cotidianamente en sus ciclos.
Además de esto, los ayuntamientos ofrecen numerosas posibilidades de alquilar
bicicletas públicas y las tiendas especializadas que ofrecen bicis de primera y
segunda mano que se encuentran por cualquier calle.
Ejemplos de ello son la ciudad de Ámsterdam que posee
más bicicletas que personas, o la ciudad del norte de Francia, Estrasburgo, la
villa gala con mayor número de kilómetros “ciclables” del país vecino. También
sin desplazarnos tan al norte, la región francesa de Aquitania, posee un carril
bici de más de quinientos kilómetros que navega al lado de la costa, pasa por
las diferentes urbes del País Vasco francés, sube por las preciosas Landas y
llega hasta la llamada “petit Paris”, la ciudad de Burdeos, Patrimonio de la
Humanidad declarada por la UNESCO.
Ya nombrada, esa misma ciudad ha puesto en marcha
desde febrero de 2010, un sistema de alquiler de bicicletas a un precio módico
de un euro la jornada (si posees la tarjeta de tranvía, el alquiler puede ser
mensual o anual con importantes descuentos).
La VCUB, nombre de la empresa francesa que ofrece más
de 1.545 ciclos repartidos en 139 estaciones a lo largo y ancho de la ciudad
bordelesa, todas ellas están comunicadas con las estaciones de tranvía, paradas
de autobuses y puntos estratégicos o muy transitados, para conseguir que las
conexiones en los desplazamientos sean excelentes y los ciudadanos dejen
aparcado el automóvil o sólo lo utilicen para trayectos largos.
No hay porqué considerar el ciclismo
como un deporte duro que sólo lo pueden practicar los deportistas más
ejercitados, está al alcance de todos. Es más, el simple hecho de ir a hacer los
recados en bicicleta, llevar al niño al colegio o ir al trabajo, es una doble
actividad: haces deporte contribuyendo a una buena salud y ayudas al medio
ambiente.
Bien es cierto que si la ciudad no está mínimamente
homologada para aquellos que deseen hacer de la bicicleta su medio de
transporte diario, las cosas se complican. Si queremos utilizar la calzada
existe el riesgo de tener un accidente y optamos por utilizar las aceras, al
ser el peatón el que posee la preferencia de paso, surgen los inconvenientes
para una conducción tranquila y continuada del ciclo.
Es reseñable que los carriles bici que hay en ciertas
ciudades son paseos alternativos, muchas veces conducen hacia los alrededores y
no a puntos concretos y útiles de las urbes. No hay un objetivo concreto más
que el placer de hacer bicicleta. La posibilidad del uso útil de la bici a lo
largo de la ciudad no resulta adecuada por la localización de dichas vías.
Por otro lado, la
contaminación ambiental y acústica, el exceso de tráfico o la sobrepoblación,
acompañado de las pocas posibilidades de hacer cosas que sean beneficiosas
tanto para nosotros como para nuestro entorno se hace difícil en ciertas
ocasiones. Dentro de las voces de los ciudadanos organizados, salen a la
palestra los ciclistas y los fans de las dos ruedas, que intentan concienciar a
la población de que utilizar los ciclos nos beneficia a todos y mejora nuestra
calidad de vida.
El ciclista tiene unas
características diferentes a las de los vehículos y a las de los peatones.
Aunque aproveche tanto las vías peatonales como las calzadas para sus
desplazamientos.
Estudios estadounidenses han comprobado que estos
puntos compartidos generan importantes accidentes, sobre todo en los utilizados
entre viandantes y ciclistas, que son cinco veces más peligrosos que las
carreteras.
Si bien el uso de la bicicleta contempla
grandes avances en términos de bienestar social y personal, en nuestro país, el
uso de ésta constituye un riesgo importante, especialmente en ciudades y
carreteras, por la escasez de infraestructura específica. En la
actualidad, la mayoría de las ciudades españolas no ofrecen unas buenas instalaciones
para andar en bicicleta y son sólo los “más valientes” los que salen a la calle
bajo el peligro de ser atropellados por un automovilista descuidado o
prepotente, que no tiene la cultura de respetar a los ciclistas.
En Latinoamérica por
ejemplo, existen dos países que destacan en materia del uso de la bicicleta, como
Bogotá con más de 120 kilómetros de ciclo-vías por las que circulan alrededor
de 2,2 millones de personas (para hacernos una idea es la tercera parte de la
población de la ciudad colombiana). Río de Janeiro también ofrece 100
kilómetros de vías exclusivas para bicicletas y tiene para un futuro cercano, la
creación de otros 150 kilómetros.
Además, en la ciudad brasileña, el
estacionamiento de las bicicletas es muy sencillo gracias a los 3.600 locales
preparados para ello.
Ventajas de la bicicleta sobre el
vehículo
Este modo de transporte tiene múltiples ventajas respecto a otras formas
de desplazarse como los vehículos particulares pues
no producen emisiones de ningún tipo ayudando a no contaminar el aire de las
ciudades. También se sabe que la bicicleta es el medio de transporte con mayor
eficiencia energética.
Sacar la bici del trastero y comenzar a
usarla es saludable gracias al ejercicio físico que se realiza al pedalear, de
una manera fácil y conveniente integramos la actividad física al estilo de vida
actual, lleno de estrés, prisas y poco tiempo para el cuidado de uno mismo.
Económicamente también es eficiente, los
ciclos en sí y sus costos de mantenimiento son más baratos que los de los
automóviles, incluso siendo un poco manitas nosotros mismos podemos arreglar un
pinchazo o un freno estropeado comprando el material en una tienda
especializada. “Siempre hay que llevar consigo un inflador y varios parches.
Son importantes por si pinchas y no ocupan nada”, comenta David Rodríguez ex
ciclista semi-profesional. Además, la infraestructura necesaria es barata en
comparación con otros modos de transporte, la bicicleta necesita poco espacio,
la puedes aparcar en cualquier lugar (recomendando atarla siempre con un buen
candado para evitar sustos de robos), tanto es así, que llegar al trabajo o ir
a recoger a nuestros pequeños se convierte en un trabajo rápido y eficaz,
ahorras en tiempo de buscar un estacionamiento y en pagar el parking. “Al
trabajo siempre que no llueve, voy en bicicleta, porque evitarse los atascos no
se paga con dinero”, comenta Ruben Lafuente, socorrista de las piscinas de
Sarriko. Una bicicleta aparcada ocupa aproximadamente un metro cuadrado, menos
del 8% de lo que se requiere para un coche. “Desde que me compré una bicicleta
y le puse la sillita para mi hijo, los paseos siempre son más divertidos y
rápidos”, comenta Maritxu una nueva adepta de las bicis.
El velocípedo es un medio de transporte
rápido en las áreas urbanas, frecuentemente el modo más rápido posible, porque
nunca nos encontraremos con un atasco. Y aunque la velocidad de circulación de una
bicicleta en áreas urbanas parezca limitada, generalmente es de 15 ó 25 km por
hora, resultando ser a menudo, más veloz que la de los vehículos en vías congestionadas o que posean mucho
tránsito peatonal.
Muchas empresas conocen
todos los puntos positivos que aportan las bicis y por ello apuestan por la
utilización de las mismas. He ahí el éxito de las empresas de mensajería en
bicicleta en grandes ciudades como Londres, Colonia, Nueva York y Barcelona
demostrando la velocidad competitiva de la esta máquina en las áreas urbanas.
Nacimiento de la bici
Nacimiento de la bici
Aunque la creación de
la primera bicicleta con pedales se atribuye al escocés Macmillan Kirkpatrick,
en el año 1839, prototipos de bicicletas ya se habían visto en ancianas
civilizaciones egipcias y chinas. Pero será siglos antes, sobre el año 1490 que
el boceto de una verdadera bicicleta se verá en la obra de Leonardo da Vinci
“Codex Atlanticus”.
El auténtico creador, Macmillan nunca
patentó su invento, con lo que 7 años depués, Gavin Dalzell, otro escocés,
copió y difundió ampliamente el invento, siendo considerado durante cincuenta
años como el inventor de la bicicleta. Hoy el Museo de Ciencias de Londres
expone una copia del ciclo que creó Macmillan.
A fin de cuentas la verdadera historia
de los ciclos comienza junto con muchos acontecimientos que marcaron un antes y
un después en la historia de la humanidad, en París dos años después de la
Revolución francesa, en 1790. Será el año en el que el conde de Sivrac inventará
el "celerífero", al que también llamaron "caballo de
ruedas".
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Posteriormente, en 1813, este celerífero
sufrió una metamorfosis gracias al barón Karl Christian Ludwig Drais von
Sauerbronn, de Alemania, que creó el vehículo de una sola vía, al que llamó
"máquina andante", tatarabuela de la bicicleta y la motocicleta.
Drais de Sauerbronn introdujo unos resortes debajo del sillín y después creó el
manillar.
Esta "máquina andante", consistía en una especie de carrito de dos ruedas, colocadas una detrás de otra. La persona se mantenía sentada sobre una pequeña montura, colocada en el centro de un marco de madera. Para moverse, empujaba alternativamente con el pie izquierdo y el derecho hacia adelante. Con este impulso, el vehículo adquiría una velocidad casi idéntica a la de un coche. Los brazos descansaban sobre apoyabrazos de hierro, y las manos sostenían una vara de madera, unida a la rueda delantera, que giraba en la dirección hacia la cual quería dirigirse el conductor.
Esta "máquina andante", consistía en una especie de carrito de dos ruedas, colocadas una detrás de otra. La persona se mantenía sentada sobre una pequeña montura, colocada en el centro de un marco de madera. Para moverse, empujaba alternativamente con el pie izquierdo y el derecho hacia adelante. Con este impulso, el vehículo adquiría una velocidad casi idéntica a la de un coche. Los brazos descansaban sobre apoyabrazos de hierro, y las manos sostenían una vara de madera, unida a la rueda delantera, que giraba en la dirección hacia la cual quería dirigirse el conductor.
Esta máquina fue denominada
"draisiana" en honor a su inventor y evolucionó con gran rapidez.
10 buenas
razones para hacer bicicleta cotidianamente
<!--[if !supportLists]-->- <!--[endif]-->Preservo mi medio ambiente porque no contamino ni atmosférica ni
sonoramente.
<!--[if !supportLists]-->- <!--[endif]-->Participo a la lucha contra el cambio climático.
<!--[if !supportLists]-->- <!--[endif]-->Soy libre en
mis desplazamientos, paro donde y cuando quiero.
<!--[if !supportLists]-->- <!--[endif]-->Disfruto de
los transportes públicos ya que me permiten subir la bicicleta.
<!--[if !supportLists]-->- <!--[endif]-->Redescubro
mi ciudad cambiando de trayectos
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Pedaleo en familia asociando deporte y diversión
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Hace que esté en forma
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Gano en tiempo y en tranquilidad porque nunca tendré
embotellamientos
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Puedo aparcar lo más cerca posible de mi obejtivo.
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Ahorro dinero, porque disminuye mi compra de
carburante, incluso si mi bici se estropea el arreglo no es caro o puedo
hacerlo yo mismo.
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<!--[endif]-->
Diferetentes tipos de vías
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Carril bus
tradicional: vía para automóviles públicos, como el autobús o
taxi. Tiene una máximo de 50km/h. y se desaconseja su uso a los ciclistas.
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Calzada
tradicional: vía para uso de todos los vehículos motorizados.
Desaconsejada a ciclistas.
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Calzada
verde: carril delimitado en la propia calzada, suele estar coloreada en verde o
rojo. Pueden circular tanto bicicletas como motos. Hay una moderación de la
velocidad máxima establecida en 30km/h.
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Carril
bus-bici: es un carril compartido entre vehículos públicos y bicicletas, lo que
conlleva estar bien atento.
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Carril bici: discurre
también sobre la calzada y con su correspondiente delimitacion. La velocidad
máxima es de 40km/h.
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Ciclovía: está
situado en una plataforma especial y consiste en un carriil exclusivamente para
bicicletas. No tiene limitación de velocidad.
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Acera bici: su uso es
exclusivo para ciclistas y va sobre una plataforma como el anterior. La
diferencia con la anterior es que la acera bici va incrustada en la propia
acera y tendrán una delimitación de 30km/h.
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Acera
“verde”: es un carril compartido entre peatones y bicis, por tanto los ciclistas
deben moderar su velocidad a 20km/h.
<!--[if !supportLists]-->-
<!--[endif]-->Acera
tradicional: como su propio nombre indica es para peatones, aunque
si las bicicletas lo utilizan será a una velocidad no superior de 10km/h, y la
preferencia será siempre del peatón.
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